MEDIOS DE COMUNICACIÓN: SIN ÉTICA Y EN DECLIVE

MEDIOS DE COMUNICACIÓN: SIN ÉTICA Y EN DECLIVE

Los medios de comunicación atraviesan una profunda crisis global, porque la difusión de las nuevas tecnologías afecta a la prensa tradicional. Afrontan un escenario cuesta arriba para superar la crisis propiciada tras la irrupción de las plataformas en internet, donde cada vez más pierden porcentajes de publicidad. Y claro, a esto hay que sumarle el ascenso de líderes de izquierda en América Latina que tensionó la relación con la mayoría de los medios.

Y la covid-19 no hizo más que acelerar esta tendencia en los medios impresos. Investigadores destacan la sostenibilidad de los medios de comunicación, que en el caso de los impresos se percibe un futuro muy preocupante.

De acuerdo con una investigación de Economist Impact para la UNESCO, en América Latina se prevé que hacia 2025 los ingresos publicitarios vía contenidos digitales cubrirán el 9 % de la pérdida de ingresos en los impresos.

Analistas señalan que los medios operan en un entorno empresarial y político cada vez más desafiante, con un aumento de violaciones al derecho a la información en Latinoamérica y a la vez pocas donaciones de gobiernos o inversores privados. También indican que las tendencias en materia de libertad de expresión no son nada buenas y de acuerdo a un informe la UNESCO revela que el 85 % de la población mundial afirma sentir que este derecho ha disminuido en los últimos cinco años.

Hay que recordar, que Vicente Fox otorgó a El Universal un pago por publicidad de 274 millones de pesos; mientras que para Reforma fue de 292 millones.

AMLO reveló que en el caso de Felipe Calderón, su administración gastó 368 millones de pesos en El Universal; mientras que a Reforma otorgó 404 millones.

El Presidente reprochó que con Enrique Peña Nieto “se rayó” pues entregó a El Universal 1,450 millones de pesos, así como un crédito de Nacional Financiera. En el caso de Reforma, precisó, se les otorgaron 291 millones de pesos.

En ese sentido, López Obrador acusó que El Universal recibió en total 2 mil 92 millones de pesos; mientras que el diario Reforma recibió en los últimos 3 sexenios 987 millones de pesos.

“Reforma siempre nos está atacando sin fundamento, el Reforma está convertido en un pasquín que está en contra nuestra y a favor del conservadurismo, y la corrupción”, mencionó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Un ejemplo de hasta donde llegan algunos medios de comunicación, fue cuando en el gobierno de Felipe Calderón se entregaron nueve contratos en adjudicación directa a la iniciativa privada, para que levantaran nueve reclusorios, por un costo de 266 mil millones de pesos. 

En aquel momento los contratos fueron suscritos por Gonzalo Villagrán, Arturo Sosa, y Marco Antonio Villarreal, con el presidente Felipe Calderón y con Genaro García Luna. 

De un total de 22 mil millones que se ejercieron en 2021, el 72 por ciento que son 15 mil 562 millones fueron para las empresas privadas. En Sonora se gastan 900 mil pesos al año por reo. En el Femenil de Morelos se gastan dos millones 300 mil pesos. En contraste el Gobierno de la Ciudad de México, se paga un promedio de 500 pesos. Y el gasto promedio anual es de un millón 200 mil pesos al año, por cada uno de los internos.

“Son empresas muy vinculadas a políticos y esto es lo que no queremos que vuelva a suceder en el país. Esto explica mucho de por qué los ataques al gobierno, porque una de estas empresas tiene que ver con medios de comunicación”, afirmó AMLO.

Destacó que los medios de comunicación deben actuar con ética, profesionalismo y objetividad. “Esto no sólo es asunto del Reforma, tiene que ver con El Universal, con la mayoría de los medios de información, con honrosas excepciones, y no sólo con los de México”, afirmó.

En este sentido, el presidente comentó que el New York Times se lanzó contra el gobierno al decir que está en contra de las mujeres. Por ello, consideró que el diario estadounidense no tiene ética, y así también el Wall Street Journal y El País.

También subrayó que los medios de comunicación no deberían estar dominados por el poder económico o político.

“Lo he dicho varias veces, si fuésemos corruptos como ellos o deshonestos, porque no sólo es dinero, es deshonestidad, falta de ética en el periodismo, es mentir, hacer daño sin tener elementos, sin tener pruebas, bueno, si no tuviésemos como escudo nuestra autoridad moral ya nos hubiesen destruido; es más, no estaría yo aquí, no hubiésemos aguantado. Pero hemos salido de la calumnia ilesos”, Señaló López Obrador

Un periodista deja de serlo si basado en sus resentimientos personales renta su nombre y su trabajo para encubrir intereses corporativos, y peor aún si es para encubrir redes de corrupción de concesionarios acostumbrados a trabajar con altos márgenes de ganancia a costa del desfalco de la hacienda pública a través del pago de comisiones, cabildeos y tráfico de influencias. 

Investigaciones periodísticas de Álvaro Delgado sobre Latinus, documentan los vínculos del medio con políticos y empresarios que se hicieron millonarios al amparo de contratos de prestación de servicios en tiempos de Peña Nieto, así como sus relaciones con el tabasqueño Roberto Madrazo Pintado, quien, se piensa, podría estar controlando el medio a través de sus hijos. Así, un periodismo como el que practica Latinus es en realidad un arma de desestabilización, convirtiéndose en un periodismo sicario que actúa al amparo de criminales de cuello blanco.

Latinus representa una muestra del pensamiento entreguista del conservadurismo mexicano, que en defensa de sus intereses particulares actúa como mercenario y en favor de los de abusivas compañías transnacionales que actúan según el impulso de sus naciones sede (aunque no necesariamente de sus habitantes).

Pero detrás de este antifaz y de gigantes mediáticos como The Washington Post y Grupo Prisa, dueña de W Radio y El País, hay un fuego mediático permanente contra los esfuerzos de la 4T por recuperar el control estratégico de la industria eléctrica, petrolera y del litio. El ataque envenena a las audiencias de sus respectivos países con discursos ultranacionalistas y xenófobos, capaces de penetrar las mentes de grupos sociales desfavorecidos, en su búsqueda de chivos expiatorios que justifiquen su pérdida de poder adquisitivo. Pero no sólo eso. Dichos medios reclutan periodistas locales que escriben, conducen programas o participan en mesas redondas, aparentemente como críticos desinteresados del gobierno de su país, pero que en realidad son pagados.

Es claro que hay un ejercicio sicario y mercenario que se presenta como periodismo; ante lo cual, su contraparte debe ser el trabajo serio de investigación y divulgación que contribuya realmente a que la población se forje una opinión a partir de una comprensión profunda de la realidad, siendo capaz de tomar partido en defensa de sus intereses no sólo individuales, sino colectivos, al tiempo que desvele los intereses oligarcas (particulares y de grupo) que se esconden detrás del denominado cuarto poder.

Latinus, medio que podría definirse como de comunicación de contenidos de entretenimiento, y que reclutó a damnificados de Televisa repudiados por la opinión pública por su beligerancia en contra del actual presidente de México, actúa como un arma de desinformación en beneficio de políticos, empresas y gobiernos extranjeros que ven a México como un territorio de conquista.

Con un vistazo rápido a su sitio web tal afirmación podría parecer exagerada (pues no es tan distinto a otros portales con una orientación política de derecha), una mirada más profunda puede ayudarnos a darnos cuenta de que dicho sitio no es más que una fachada, lleno de notas cuyo único objetivo es desprestigiar al gobierno mexicano, mientras el resto de la información la constituyen notas compradas a agencias de información como AP, EFE y otras. La página, además, como su nombre lo sugiere, está plenamente emparentada con los Estados Unidos, pese a que las transmisiones del programa se hacen desde el sur de la Ciudad de México; aspecto importante no aclarado a sus audiencias, a quienes hicieron creer, o al menos así lo pretendieron, que tenían que hacer su programa desde el extranjero, aludiendo a la figura del exilio y la persecución política. En esto la figura involuntaria de mercenario es exacta, pues personifican a un soldado que, tras salir al exilio, pelea por una fuerza invasora. 

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