Bastantes personas en el mundo reciben habitualmente ayuda de perros de asistencia. Estos animales no son simplemente mascotas sino asistentes personales que están a su disposición las 24 horas del día para guiarles si son invidentes o ayudarles de otras maneras si son otras las discapacidades que sufren. En teoría, debería permitírseles a estos perros entrar en hospitales con la persona a la que ayudan, haciendo una excepción para la habitual norma general que prohíbe la entrada de perros en hospitales y otros establecimientos por motivos de higiene. En la práctica, hay bastante oposición a la entrada de perros de asistencia en tales lugares. Pero ¿cuán grande es realmente este riesgo de mala higiene canina? Una investigación lo ha aclarado y también ha profundizado en el rechazo que existe hacia los perros de asistencia.
El estudio lo han llevado a cabo Jasmijn Vos, Joris Wijnker y Paul Overgaauw, de la Facultad de Medicina Veterinaria en la Universidad de Utrecht en los Países Bajos.
Según un acuerdo de las Naciones Unidas y las leyes de los Países Bajos, los perros de asistencia pueden entrar en hospitales y demás sitios públicos. Sin embargo, en la práctica, a muchos usuarios de perros de asistencia se les impide entrar con sus perros. En los Países Bajos, cuatro de cada cinco usuarios de perros de asistencia afirman experimentar habitualmente problemas al respecto.
Habitualmente se aducen razones de higiene como principal argumento para denegar la entrada a los perros de asistencia.
El equipo de investigación tomó muestras de las patas de 25 perros de asistencia y de las suelas de los zapatos de sus usuarios. A modo de comparación, también investigaron a un grupo igualmente amplio de perros de compañía y sus dueños. Vos y sus colegas examinaron las muestras en busca de bacterias fecales (Enterobacteriaceae), muy comunes en el exterior, y de una importante bacteria diarreica (Clostridium difficile).
Las patas de los perros resultaron estar más limpias que las suelas de los zapatos de los dueños de los perros. «Esto hace que no sea válido el argumento de la higiene que se suele utilizar para prohibir la presencia de perros de asistencia en lugares públicos», afirma Vos. Además, la bacteria diarreica no apareció en las patas de los perros en absoluto.
También se encuestó a usuarios de perros de asistencia en los Países Bajos sobre sus experiencias con el acceso a establecimientos. Al 81% se le sigue negando habitualmente la entrada a lugares públicos con su perro. Esto se debe principalmente a la falta de conocimiento por parte de la persona que deniega la entrada. En algunos casos se trata de desconocimiento sobre lo que es un perro de asistencia, en otros se debe a no saber cómo puede ser reconocido un perro de ese tipo y en otros se trata de ignorancia de la normativa legal.
El estudio también muestra que los usuarios de perros de asistencia constituyen solo una pequeña parte de la cantidad total de pacientes en los hospitales de los Países Bajos. No debería ser un problema para el hospital que esas personas entrasen con su perro de asistencia. Y lo mismo puede decirse de la entrada a cualquier otro lugar. Además, hay que tener en cuenta que los perros de asistencia suelen estar bien entrenados y que por eso es difícil que hagan cosas indebidas. Por otra parte, a juzgar por lo descubierto en el estudio, su nivel de higiene no conlleva un peligro mayor que el acarreado por el nivel de higiene de los propios humanos. (Fuente: NCYT de Amazings)
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