La diabetes tipo 1 es el resultado de la destrucción autoinmune de las células productoras de insulina del páncreas. Las personas con diabetes tipo 1 requieren insulina exógena y sufren oscilaciones problemáticas en los niveles de glucosa en sangre que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal y otros problemas de salud. Una terapia resulta prometedora: el trasplante de islotes pancreáticos de donantes fallecidos. Pero esto requiere inmunosupresión, mientras que la autoinmunidad reactivada lleva a una merma en la viabilidad y la funcionalidad del injerto después de cinco años.
Ahora, el equipo integrado, entre otros, por Eugenia Kharlampieva y Hubert Tse, ambos de la Universidad de Alabama en la ciudad estadounidense de Birmingham, ha mostrado una nueva forma de proteger los islotes trasplantados, cubriéndolos con una fina envoltura de capas alternas de dos sustancias. Esta «armadura» ofrece una protección para los islotes pancreáticos que permite mitigar notablemente los problemas mencionados, a juzgar por los experimentos realizados en modelos de ratón de diabetes tipo 1.
El nuevo enfoque para inhibir las respuestas inmunitarias proinflamatorias con la encapsulación de los islotes pancreáticos y sin requerir inmunosupresión sistémica es un avance significativo hacia el pleno éxito de los trasplantes de islotes en los seres humanos.
Alternando, en múltiples capas, ácido tánico y un biopolímero conocido como PVPON, los investigadores crean una envoltura para los islotes pancreáticos que resulta lo bastante gruesa para ejercer su función protectora pero lo suficientemente delgada como para permitir que el oxígeno y los nutrientes lleguen sin problemas a las células. Esta encapsulación es unas 120 veces más fina que una hoja de film plástico para envolver alimentos.
El ácido tánico aporta, entre otras cosas, un efecto antiinflamatorio.
En los experimentos con un tipo de trasplante realizados durante el nuevo estudio, más de la mitad de los injertos encapsulados con ácido tánico y PVPON sobrevivieron al período de los 70 primeros días transcurridos desde el trasplante, mientras que menos de una cuarta parte de los injertos no encapsulados sobrevivieron. En experimentos con otro tipo de trasplante, alrededor del 40 por ciento de los injertos encapsulados sobrevivieron al período de los 120 primeros días transcurridos desde el trasplante, mientras que todos los injertos no encapsulados sufrieron el efecto de rechazo del cuerpo en menos de 50 días.
En ambos tipos de trasplante, no se usó inmunosupresión sistémica.
Los islotes pancreáticos encapsulados con ácido tánico y PVPON mantuvieron un nivel normal de azúcar en sangre durante un tiempo mucho mayor que los islotes pancreáticos no encapsulados.
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